Siempre me han dicho que me parezco a mi padre físicamente, la verdad yo no lo he visto así, desde niño si sabía que yo me parecía mucho a él cuando era niño pero en personalidad me reconocía tan distinto a él. Soy una persona que se valora así mismo mucho, aunque reconozco en mí aún muchos puntos de mi personalidad por trabajar para ser mejor persona, sin embargo gran parte de lo que valgo es gracias a mi padre.
Mi padre me enseñó lo que es el respeto hacia todas las personas por igual, desarrolló mi auto-estima haciéndome sentir que mi opinión valía desde niño; desde los 6 años me preguntaba que opinaba de la última noticia en el desayuno dominical, me enseñó que tenía voz y voto. nunca me puso la vida muy fácil para exigirme a desarrollar mi inteligencia. Desde mi adolescencia le agradezco que no me haya dado propina más que una vez al año para ir a lo que era La Feria del Hogar, esto en conjunto con la estabilidad económica que nos dió hizo que nunca nos preocuparamos por que nos falté, es decir nos enseñó el valor del dinero pero sin sentir que era demasiado importante (ya que nunca faltó). Me alejó de los vicios, gracias a su desmedido rechazo al cigarro, ponía letrerito y todo en la sala de "prohibido fumar". Siempre nos exigía que seamos avispados, observadores, eso hizo que sepa responder rápido a las situaciones y aprenda a decidir rápido en ciertas circunstancias que lo ameritaban.
Tomé de él algunos gestos sin querer, también el de saber disfrutar a la familia y a los amigos, el de ser un poco loco y expresivo. Su afán de hacer sentir a gusto a sus invitados en casa. Aprendí de él en mi niñez que si uno si tiene un pensamiento debe actuar conforme a él y que por lo tanto no tenía que vivir para agradarle a la gente. De niño siempre ví que mi padre se interesaba por conocer lo que hacía o de dónde venía cualquier persona que llegaba a casa, sea de la condición económica que fuera. Ese ejemplo me hizo ser preocupado por la vida de los demás, que cada quién tenía una historia que nos podía enriquecer. Otra cosa que tomé de él fue el de ayudar que los cercanos sean mejores personas, y que uno debía ver en que medida podía ser uno útil a hacer mejor a otros.
Gracias también papá por hacernos una familia Servas, no sabes cuánto ha hecho en mí el de ver en mi niñez a personas de todo el mundo sentados en nuestra mesa, contándonos cómo es la vida en otras partes del mundo, esto unido al heredarme sin querer el placer de viajar y conocer otras realidades, me ha servido para tener una visión más amplia del mundo.
Hoy mi papá a veces se parece poco a mi padre cuando era yo niño, a sacado defectos y a adquirido otras virtudes, pero este agradecimiento es por todo lo que hizo en mi niñez para formar la persona que soy ahora. Y pasé lo que pasé siempre sé que contaré contigo papá y ahora, ya adulto, me siento fuerte para que puedas contar conmigo. Que si antes de niño tú me llevabas de la mano, hoy en día yo estoy para sostenerte cuándo lo necesites.