domingo, 7 de diciembre de 2008

UNA NOCHE SIN TI

Acaba de consumarse el crepúsculo,
el sol ya no alumbra más, ni da calor,
la noche toma presas a las nubes,
y en el cielo se delínean las estrellas.
En el firmamento una luz se muestra,
la esperada dama nocturna sale
se asoma cual dama por la ventana,
radiante, recibiendo serenata.
En el cielo; la luna y las estrellas
paisaje armonioso forman, y quedan
anonadadas ante tu belleza
y celosas te miran; mi princesa.

En lo triste y callado de la noche
se escucha en lo profundo del silencio
una voz, un susurro dentro de mí
que me dice que ella siempre piensa en mí.

Entre las sombras de las cosas busco
su silueta curvada, bosquejada,
y sin razón alguna espero encontrar
algún rastro del perfume de su piel.

Pasan las horas y el cielo se tiñe
de azul marino lleno de frío,
que produce las ganas de tenerte
labio a labio, a mi lado, abrigados.

Ya amanece, amenaza la aurora,
sobreviví a la noche sin rozarte,
y doy cuenta que sin ti es un tormento,
ahora sé que vivo para ti.